Uno de los accesorios a los que me pegué desde niña fue el reloj. No sabía ver la hora, pero necesitaba uno. Si era de plástico y con dibujos de colores, mejor. Y claro, la pantalla numérica cual calculadora era ideal, hasta que aprendí a ver la hora en los relojes con agujas, analógicos, y las opciones para elegir aumentaron.
Hoy en cambio, me da cierta melancolía ver que mucha gente, sobre todo los menores de veinte años, no llevan en sus muñecas tan bonito objeto. De hecho, en la era la información los celulares y computadoras vienen con la hora incorporada. Pero no se trata simplemente de algo utilitario, usar reloj tiene su feeling y es como una pieza de arte o joyería.
Los hay de todo tipo y precio. Tal y como con los lentes de sol, los creadores de estos accesorios siguen tendencias y ofrecen una infinidad de estilos. ¿Pero cómo eran los primeros? En sus inicios, el reloj fue un gran y pesado objeto utilizado como parte del mobiliario del hogar.
Luego, nacieron los relojes de bolsillo. Eran artículos de lujo que se guardaban en el saco y pendían de una cadena. Hasta que a principios del siglo XIX el físico suizo Breguet tuvo la brillante idea de inventar el tan exitoso reloj de pulsera o de correa.
La hora se hizo portátil y como ahora con los reproductores Mp4, la tecnología avanzó y los precios se democratizaron, haciendo que cualquier persona pueda acceder a un reloj.
Una marca que hasta el día de hoy uso es la popular Swatch. La compañía de relojes suizos apostó por la venta masiva de relojes, cambiando el concepto del reloj caro al del reloj para jóvenes. Lanzó su primer modelo en 1983, que funcionaba con quartz y ofrecía como novedad una sencilla correa de plástico.
La fiebre de los Swatch se desató a mediados de los ochenta. Sus diseños se salían de lo común, la forma, los materiales, los colores, todo era una muestra de que el reloj estaba en su mejor momento. Hasta se podía ver la maquinaria, porque la tapa de la pila era transparente y eran resistentes al agua.
Hoy, Swatch no es más una marca tan barata, pero sí más accesible que las grandes firmas relojeras. Además de los modelos deportivos de plástico, silicona y con cronómetros, están los más fashion con correas de metal o de cuero, el modelo súper plano Skin y muchos más como la última colección Animal, por supuesto de animal print. También tienen excelente bisutería, siempre con su sello característico: la originalidad.
Como ves, un reloj es mucho más que un simple aparato para definir nuestro horario. Tu reloj dice mucho de ti; si eres clásica o transgresora, elegante o casual, y sobre todo si lo llevas por pura monería o por cuestión de puntualidad. ¿Cuál es tu preferido?
Fuente: Swatch
Imágenes: Promoideas, Rakuten, MercadoLibre
